A VECES ME SIENTO...
...como si me hubieran puesto una etiqueta en la frente.
Una etiqueta en la que se describe: lo que se espera de mí, lo que debo de ser, lo que debo de hacer... etc. Una etiqueta que para nada describe como soy realmente. Como quiero ser. Lo que quiero hacer.
Me acuerdo de que hace unos años, fui con unas amigas (Amigas de toda la vida, del barrio, de hecho una de ellas fue mi primera amistad) a dar una vuelta a un centro comercial, dije de entrar en un Zara de hombre. Recuerdo que entraron con una actitud reticente, como si aquello fuera raro, como si algo no estuviera bien. Estuve mirando cosas, comentando lo que me gustaría comprar mientras ellas en un rincón, como si esperasen un momento para huir, se limitaban a dar respuestas vagas sin entusiasmo alguno. Cogí entonces un abrigo largo, de linea moderna, informal pero elegante. Me pareció precioso y me lo probé. Me sentaba genial aquel abrigo, era ideal para mí. Les pregunté que les parecía y me dijeron (Concretamente la que había sido mi primera amistad): -Si. Es bonito, te queda bien, pero no es tu estilo-. Y yo me quedé atónito por esa respuesta. Rápidamente, para alivio de ellas, salimos del establecimiento mientras yo daba vueltas a aquella respuesta: ¿Cómo que no era mi estilo?¿A que te refieres: a que debo de ir vestido con un forro polar parcheado sucio y roto?.
Me acuerdo que en otra ocasión años antes de este suceso, esta misma amiga que había sido mi primera amistad, hizo unos dibujos, con unos creadores de muñecos online, de los que eran sus amigos y los subió al Tuenti. El mio fue el ultimo y llegó como a parte. A todos sus amigos los puso en un ambiente y entorno lujoso y festivo: Purpurina, diamantes, gafas de sol, ropa sexy...etc. A mi me puso en un bosque, vestido con una gorra de lana, una camisa a rayas verde, un palestino amarillo, bermudas verdes, pantuflas de peluche de oso polar, pálido como un vampiro, pintando un cuadro... Bueno cierto es que vestía de verde y a lo grunge (no siempre) y que siempre he sido bastante pálido (Esto lo puedo entender como una broma). En un bosque y pintando un cuadro bueno, son cosas de mi vida. Pero lo del palestino amarillo (Tenia palestino si, uno verde y otro blanco, pero en la vida he tenido prenda alguna de color amarillo) que es un color "enfermo" y que desmerece más que favorece en ese conjunto, parecía querer, junto a los otros elementos como las bermudas o zapatillas de oso, ridiculizarme más que mostrar una imagen extrovertida de mí, como si fuera un pringado fumeta guarrindongo (Jamás he probado la marihuana). Pero lo peor de todo y si había alguna duda es que esta amiga de toda la vida me puso con los ojos marrones, cuando de siempre y es destacable en mí, los tengo claros. Como un último gesto de anular cualquier rasgo positivo o atractivo en mi. -Yo tengo los ojos claros, no marrones- Le comenté en la foto, y ahí se quedó el asunto. Tardé, pero no hace mucho que mandé a tomar viento a la supuesta amiga esta.
Estas cosas me hacen pensar en el comportamiento humano. Y por si eso no bastase cuando comento este tipo de hechos a otros amigos y conocidos nuevos, como una forma de explicar: -mira me han pasado estas cosas, no he tenido suerte, estoy muy harto ya de la gente-. Aparecen actitudes recriminatorias, como si fuera culpa mía, como si yo hubiera hecho algo para merecerlo, como si me lo estuviera inventando, como si eso fuera lo normal que me tendría que pasar a mi por llevarlo escrito en la etiqueta y no tuviera ningún derecho a quejarme. Mi etiqueta dice: Tú eres un fracasado, te tienen que tratar de esta manera, te tiene que ir así en la vida y no puedes rebelarte por que va contra natura.
Ahora mismo estoy en una época muy acertada de mi vida, y digo acertada por que me he propuesto quitar de mi vida a este tipo de personas que en lugar de impulsarte te disminuyen. Que en lugar de favorecerte, te menosprecian y que en definitiva, con sus actitudes y etiquetas, no te ayudan o llevan a donde quieres estar en la vida. Hacia un lustro que no era feliz, precisamente por juntarme con quienes no debía, por tolerar a gente que no tenia que tolerar, por aguantar con paciencia y queriendo ver cosas donde no había a gente muy diferente a mi manera de ser y de sentir. Y es que estoy harto de sentirme como si tuviera la culpa, como si yo fuera el error, como si estuviera mal por no conformarme con lo peor.
Ahora soy feliz. ¿Qué como sé que soy feliz? Fácil: he vuelto a reir y las cosas malas no me importan tanto.
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