JUEVES DE CONCIERTO

Siempre que pasaba por delante del Graffiti Bar (Calle Bailén 39, Madrid) tenia ganas de visitarlo y ayer tuve una formidable escusa para hacerlo puesto que asistí al concierto que ofreció Teresa Fernandez como despedida antes de emprender su erasmus por el extranjero.

Conocí a Teresa por un concierto que dio como telonera de mi amiga Miriam Rupy, y la verdad que me gustó mucho tanto sus temas como su voz, es una chica muy sencilla y es de esos artistas que hacen las cosas por vocación y no por fama. De todo esto hará ya casi un año. Así que cuando recibí el evento de un concierto suyo, en dicha sala y además gratis (que la economía no esta para excesos) no dude en "☻+ Participar" y asistir.

Creerme que mereció y mucho la pena, fue un concierto bárbaro. Por un lado el sitio haciendo honor al nombre con una "mugrecilla" agradable que da gusto leer como si se tratase de la revista El Jueves, los camareros además súper majos y los precios razonables; Por otro lado la cantante con una voz y temas increíbles, bonitos y auténticos, con un cierto aire a bossanova muy reconfortante; Y el gran asombro de la noche (por que ya había oído antes a Teresa) fue su acompañante instrumental Eduardo Molina que era capaz de tocar la guitarra (modulándola además) el bombo, los platillos (modulándolos también), un cacharrin en el suelo que me encantó parecido a una pandereta pero en plano y el cajón de mandos (no se como se llama ese aparato con clavijas que controlan el volumen, los graves, los bajos, los medios, los cojos... etc) y todo esto con una naturalidad pasmosa. Me recordó mucho a la escena de Mary Poppins en que aparece por primera vez el personaje de Bert, tocando varios instrumentos. Alucinante.


No sé como ha podido suceder para que en esta época proliferen tantos "seudo artistas" y "seudo diseñadores" sin talento, aunque con técnica, que acaparan todo el merito y toda la escena cuando lo único que hacen es copiar y seguir la corriente sin personalidad ninguna. Ocultando por desmérito a la gente que de verdad es autentica, que de verdad aporta algo y que de verdad crea belleza. Yo pertenezco, por dolor y placer, a este mundo de la bohemia y estoy más que harto de ver a tanto trepa suelto con sus gafas de pasta. Y cuando de repente y sin esperarmelo me encuentro metido en un espacio donde todo es real y al mismo tiempo fantástico uno no puede evitar sentir una grata esperanza al ver que el talento no ha desaparecido, si no que esta emergiendo y esperemos que para ocupar el puesto que de verdad merecen.

Teresa Fernandez acompañada por Eduardo Molina
en Graffiti Bar (c/ Bailen) 
Animo mucho a estos dos músicos, Teresa Fernandez y a Eduardo Molina, para que sigan haciendo así de bien su trabajo, con tanto cariño y talento, y os animo a vosotros también de que no les perdáis de vista y que seáis exigentes con lo que es vuestra cultura, puesto que una persona es lo que es su cultura.

Me gustaría poneros unas direcciones web para que podáis escucharles y comprobar lo que os digo, pero por desgracia de momento no poseen medios web. Lo bueno se hace esperar, así que a esperar toca ;) .

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